Gerardo Castillo Antúnez, escritor originario de la Ciudad de México, Iztapalapa.
Tiene en su haber varias publicaciones en antologías del Taller de Creación Literaria. Entre los que destacan Líneas y Versos para Incitar al vuelo, Star- Pro. 2013, Taller de Creación Literaria No. I, III, V y X. JAURÍA- No. 33 Start Pro.
Además, tiene tres trabajos en solitario, publicados en el 2015 “Notas Malditas de un Enfermo Mental”, en el 2017 “Vestigios de un grito citadino” y la novela “La última estación”, publicada en el 2020. Ha participado en la Feria Internacional del Libro del Zócalo de la Ciudad de México, presentado su obra, en sus ediciones 2013, 2014, 2015, 2017, 2018 y 2019. Actualmente labora como mediador de lectura en la Alcaldía Iztapalapa.
LA NIÑA Y LA MUERTE
La muerte sujeta a una niña,
atraviesan la luz fúnebre
que entra por la ventana rota.
Acercan sus rostros, siento
los labios fríos tocando mi
frente desnuda de pensamiento.
¿Ha fallecido?
Pregunta la niña.
No. -Sólo está soñando.
¿Qué es el sueño?
Una simulación de morir.
Me incorporo, ellas saben
de la creciente tristeza que guardo en el costillaje,
de los quebrantos vueltos cigarrillos y botellas vacías
desperdigadas en la casa, que llevo meses sin sacar la basura,
de los restos de comida pudriéndose en el refrigerador averiado.
Sé que esperan a que haga el primer movimiento,
alguna pregunta quizá, tal vez esperan
que ponga resistencia o la simple súplica
del último aliento, sin embargo,
no tengo nada para ellas, les entrego
mis manos desnudas y completamente frías.
Me miran sin siquiera inmutarse,
poco a poco van tejiendo un velo
casi invisible que nos separa,
una luz tenue me arrulla, ellas
regresan por donde aparecieron
y se dirigen a donde la muerte le
enseña a vivir a los muertos.
Callejones
Una sombra brota del suelo, me persigue,
retumba como el estruendo que ilumina la última palabra,
el rezo de los mortales devora mis pasos,
se acercan y acechan como bestias.
Rabioso el aullido de la noche
me deja desamparado en este sitio.
Tañe en la cabeza el grito ahogado,
atormentados los oídos escapan,
caen mudos sobre mi regazo, las piernas
se doblan por las rodillas mientras
la lluvia hace cráteres en mi rostro.
Olfateo el miedo que se desprende
de mi piel, mientras el agua la deshace,
miro con pesar que dos sombras hurgan
en los pasos que voy dejando, la sangre
que habita en mis zapatos marca huellas y en la
retina siguen grabadas las letras de sus nombres,
aquellas personas tiradas en el suelo miraron al vacío
La oscuridad y el agua dificultan mi vista,
a pesar de ello veo como el verdugo está
cada vez más cerca, siento cómo clava
sus uñas en el mango de la hoz, aferrándose
a mi muerte, cómo a la distancia rasguña
mis entrañas, cómo su aliento se mete por mis oídos.
El rayo campanea sobre el pueblo,
mi cabeza rueda en el asfalto, choca
con cada esquina, deja retazos de sangre
en cada piedra mientras baja tocando
a la puerta de aquellas casas deshabitadas.
AMOR A BAJO COSTO
Do you still feel younger than you thought you would by now
or, darling, have you started feeling old yet
I’m sure that you’re still breaking hearts
with the efficiency that only youth can harness
and do you still think love is a Laserquest
or do you take it all more seriously
I’ve tried to ask you this in some daydreams that I’ve had
but you’re always busy being make-believe
“Alex Turner”.
La banda aún no encajaba los últimos acordes,
y ya querías largarte a casa, ni hablar de
visitar el bar que nos daba los primeros
auxilios después de cada concierto,
querida, ¿has empezado a sentirte vieja?
El tinte dejó de ser un accesorio, ahora es
asunto obligado para tus primeras citas,
la tarjeta de crédito hipnotiza al tiempo pero
tus manos se han marchitado, y ya no andas de madrugada
por las calles del centro, visitando cantinas y tugurios,
aun así, estoy seguro que sigues rompiendo
corazones con la eficacia que sólo da la juventud.
Atrincherado, mi enfermo mental
enumera las formas en que
las personas se enamoran de un recuerdo,
los desgrana de a poco mientras te acompaña
a comprarle comida de Mc Donald´s al perro,
de(escribe) la sustancia que queda impregnada en
el vacío que permanece después de la última
cerveza, saborea el recuerdo de verte tomar
el último trago antes de que cierren el bar,
y mira cómo te pasas la lengua por los labios
antes de pagarme la cuenta.
Estacionas el auto frente a mi casa,
esperas a que cierre la puerta,
¿Sigues pensando que el amor es sólo un juego?
O te lo tomas más en serio.
He intentado preguntarte esto en
sueños, pero siempre estás ocupada siendo tan irreal.
Escucho el silencio que hay
entre nosotros, al estar en la cama
después de comer, lo nuestro no es algo tangible,
el amor, está en alguien que quizá nunca conozcas.
¿Es que acaso no sabes que habitaré siempre
en tu cabeza?
AMOR ROMÁNTICO
Despojado de ataduras sociales
y convencionalismos, airado de
juicios de valor y boxeador libra
por libra de netas al knock out, me refiero:
¿Qué de malo en el amor romántico?
¿Qué de gravedad en entregarse con
la totalidad del lenguaje a la otredad?
¿Por qué querer controlar y desmitificar
el sentimiento humano de encontrarse
pleno en los brazos del amante?
¿Quién carajo dijo que el amor romántico
era un problema?
Bajo qué lineamientos ideológicos, sociológicos,
políticos, antropológicos y veterinarios,
se les ocurrió sacrificar el concepto de amor
y añadirle el sufijo romántico, como
un problema para engañar a las mujeres
y prostituirlas.
El lenguaje, se inclina una vez más,
como el problema integral de la
construcción en la vida social,
Y yo, sólo existo, sólo veo
una luz en el amor, dentro del amor, un
sol que se oscurece con la palabra
s u i c i d i o.
OLLIN YOLIZTLI
I
Dele dos tragos al tequila Chavelita,
esta noche nadie se raja,
salucita en El Jacalito,
mezcal endiablado,
los madrazos se ponen recios
en la zona hípster.
Me acerco a la mesa de Vida y Movimiento
y hablamos de las Font,
su voz es la melancolía de unos tenis
que nunca se usaron,
les cuento que escuché el rumor
del llanto de una ballena azul,
que ronda las periferias de la ciudad,
caminamos sobre
avenida Insurgentes
hasta llegar a Chilpancingo,
justo en el cruce del Rey de la Hamburguesa
y el Palacio de Hierro.
En su viejo departamento
se desnudan, y andan sin hacer ruido,
cruzamos un tragaluz
hasta llegar al balcón,
ambas se asoman para
explorar el poco cielo que nos deja ver
la ciudad contaminada,
recuerdan con nostalgia
que solían bailar
en las noches del pacífico.
Ellas señalan al horizonte,
la ballena azul aparece en el cielo,
un sonido soporífero nos sumerge,
hablaba de una trampa en el lenguaje,
y de la vuelta a la paz del nonato.
II
-Anda, acaricia a la luna,
sube de a poco en mí,
te elevaré hasta tocar el infinito,
te despertaré en la madrugada
para que mires a través de mis ojos,
quiero que poco a poco tu sangre y la mía
dibujen en tu piel mi rostro,
sólo hablarás con quien
introduzca en tu cabeza,
permanecerás mudo ante el mundo,
bailarás entre los muertos,
y ni siquiera tus pesadillas
más enfermas habrán
de compararse con esto.
Vamos, juega conmigo,
sube en mí,
yo entiendo lo que ellos no,
anda, que las luces de esta ciudad
no oscurezcan tus sueños,
que ahora son míos-.
Colloquio somos todos
Creemos que la opinión de todas y cada una de las personas es importante, es por eso que te invitamos a participar con nosotros.

Suscríbete
Recibe el contenido nuevo directamente en tu bandeja de entrada.
Contáctanos
Equipo de Colloquio
O bien mándanos un mensaje a nuestras redes sociales.